jueves, 28 de octubre de 2010

Bendita nevera


En casa tenemos muchos aparatos que nos hacen la vida más fácil, la lavadora, el microondas, el lavaplatos… todos ellos hacen cosas en nuestra vida cotidiana que nos ayuda, pero entre ellos hay uno malo… bueno una., se llama nevera.

Es mala, diréis, pero que dice! Si nos guarda las cosas para que no se jodan, y el agua fresquita y las cervezitas… si claro, pero en el fondo es mala! Os voy a contar porque.

La nevera es la culpable de algunas frustraciones que pueden arruinarte un buen día!
Estas en el curro, con trabajo hasta los topes y muriéndote de hambre, y de repente te viene una imagen a la cabeza, un trozo de tarta de queso que sobro del otro día, sabes que esta allí, ummm ya no puedes quitártela de la cabeza, de repente todo es más llevadero porque sabes que al llegar a casa te espera la nevera con esa tarta para ti, como premio del día duro que llevas.
Llega la hora de marcharte y sales volando, llegas a casa, subes corriendo, tiras las cosas en el sofá y te abalanzas sobre la nevera. Te mereces esa tarta de queso! Te la has ganado a pulso, y tu nevera esta ahí para guardártela con amor. Y unos cojones!!
Resulta que la nevera no la ha guardado tan bien… resulta que lleva ahí varios días intacta, en perfectas condiciones, a pues no, el día que decides que te la vas a comer, la nevera se ha cansado de guardarlo en su perfecto estado y ha permitido que tu soñada tarta de queso huela mal y sepa peor. Gracias, gracias por joderme el día! Para que leches tengo una nevera si es incapaz de guardarme las cosas que quiero para cuando a mi me apetezca?
Y ese momento es muy duro eh, mucho! Todas las esperanzas de ese día se ve truncadas, toda la felicidad que tenias se va a la basura con la maldita tarta podrida. Y claro, ahora ya no te apetece comer nada! No quieres ni cenar, estas enfadada con la nevera y no quieres nada de ella. Así que abres el armario y cenas tostadas de pan integral, 4 cacos y te metes en la cama indignada.
Y quien tiene la culpa? La nevera! Vale, la tarta de queso llevaba casi 1 semana allí dentro y ni la habías mirado, pero joder tu nevera tenía que protegerla! Se supone que es tu amiga…

Y otro momento de odio profundo hacia la nevera, el día que decides empezar dieta (otra vez, si) ese día… la odias con todas tus fuerzas.

Estas decidida y esta vez va enserio (si, otra vez) ha hacer dieta, te vas al super y compras toda la mierda baja en calorías que encuentras. Cereales, leches desnatada que no tiene gusto a nada, sacarina, yogures sin azúcar, barritas saciantes y todas esas cosas típicas de régimen. Llenas los armarios y la nevera con esas historias y te vas al gimnasio.
1 hora de aerobic, 15 minutos de bici, 15 más de piscina y 10 minutos de sauna. Te sientes nueva, viva y lista para comerte la maravillosa ensalada que te espera en casa.
Y ahí es cuando, tu querida nevera, te traiciona una vez más…

La abres dispuesta a sacar todas esas cosas que tienes para hacer la ensalada más sana, dietética y sosa del planeta tierra. Y al coger el bote de brotes de soja… tu querida nevera tiene una cosita para ti… resulta que hay una copa de chocolate… de esas con nata por encima que saben a gloria. La coges y la revisas, esperanzada a que este caducada, ya sabes como se las gasta la nevera… Tócate las narices! No esta caducada! Osea, cuando te pasas el día babeando por algo que sabes que esta allí, llegas y estas caducado, ahora que no te lo puedes comer, a no, ahora no… ahora resulta que la señora si ha decidido conservarlo! Anda y que te den!!
Pues ahora voy a dejar eso ahí hasta que se caduque, porque soy fuerte y estoy a dieta. Tengo una fantástica ensalada que me espera y las tentaciones de mi estúpida nevera no van a poder conmigo.

Cenas y te sientas en el sofá a ver alguna absurdidad en la tele hasta que el sueño te pueda, como cada día. Pero no… la mala puta de la nevera te esta mirando…
Tengo una copa de chocolate… la he estado guardando para ti… ¿no la quieres? ¿Seguro?
Te tapas con la manta por encima de la cabeza. No, no la quiero maldita mal nacida! Pero ella sigue, y te mira… y coquetea… y va repitiendo… chocolate…. Chocolate….
Y claro, al final no puedes más, te levantas cabreada, abres la nevera, y te zampas la copa de chocolate como si no hubiera mañana. Y te vas a la cama, no sin antes pegarle una buena patada a la maldita nevera.

Por la mañana, te levantas echa polvo, tienes agujetas hasta en las pestañas y más hambre que el perro de un ciego, y todo para nada, para absolutamente nada! Porque todo lo que podrías haber perdido con tanto esfuerzo se fue a la mierda cuando la nevera te obligo a comerte una copa de chocolate con tropocientasmil calorías en cada cucharada…
Lo veis ahora? La nevera es mala! muy mala!!
Va de amiga, de coleguita, pero es mala, te la clava por la espalda, te putea a conciencia…
El día menos pensado la desenchufo, a ver que hace después!
Diréis joder que cruel, si claro y ella no? Como me la vuelva a hacer la desenchufo, palabra! Que se joda.


martes, 19 de octubre de 2010

2 tipos de personas

¿Ui, parece que hace frío no?, Que frío se ha levantado de repente!, ya ha llegado el invierno eh…. Podría poner una infinidad de frases de este tipo, tantas como puedes escuchar por la calle en cada cambio de estación. Ahora le toca al frío, todo el mundo habla de él. Que si ha llegado pronto, que si nos ha pillado desprevenidos, que si nos gusta, que si no…

Yo creo que el mundo se divide en 2 tipos de personas, las de invierno y las de verano.
Los primeros se frotan las manos con gusto, los segundos también pero de frío!
La gente de invierno disfruta poniéndose 300 capas de ropa, chaquetas, bufandas, gorros, botas, guantes… Disfrutan del sofá y la mantita, del chocolate caliente y de las tardes de domingo de cine y palomitas.
La gente de verano, es de playa, de mar y de cervecita en terraza. Son de chancla y tirantes, de noches a la fresca y de correr calles.

Como en el mundo hay de todo, nos toca dividir los días que tiene el año para que todos podamos estar más o menos contentos, no hay más. Y lo más divertido es ver como cada especie se adapta a la situación que no le gusta.
Los de invierno, cuando les toca vivir verano se llevan un abanico allí donde van, pisan la playa las veces estrictamente necesarias, no pueden dormir por las noches y se los comen los mosquitos.
Los veraneros en invierno se convierten en salamandras. A la mínima aprovechan para sacar las gafas de sol, para sentarse en una terraza aunque sea con anorak y guantes, se abrigan en exceso y siguen teniendo frío, y cuentan compulsivamente los días que faltan para que pase navidad, después de eso, las chanclas están a la vuelta de la esquina.

Yo no lo puedo evitar, soy de verano. No hay más, a mi tanto frío, tanta manta y tanta tontería me ponen mala. A mi dame unas sandalias planas, un vestido y ponme una clara en la mesa 3 de la terraza, eso es vida!

Y claro, en invierno voy tapada hasta las cejas y muerta de frío todo el día. Ahora a la que sale un poco el sol, me salgo a la calle a perseguirlo, a que me de en la cara y me recuerde que no se ha ido para siempre, que solo hay que tener paciencia. De echo en el super ya hay polvorones y la tele empieza a llenarse de anuncios de juguetes… huele a navidad!
Ya mismo vuelvo a sacar la ropa que, con toda la pena de mi corazón, he tenido que meter en el fondo del armario… hasta dentro de poquito chanquilitas, os quiero!

A los invernales, disfrutad de vuestro momento… que se acaba pronto… o eso espero!